Por lo general, esta clase de presión de poro se toma en cuenta al evaluar la estabilidad de taludes artificiales: excavaciones, cortes y terraplenes, donde intervienen actividades humanas. La segunda fuente del cambio en la presión de poro en los taludes es el flujo subterráneo, que puede ser transitorio o de estado estacionario, sucediendo por igual tanto en taludes naturales como artificiales. Los alcances del presente trabajo se enfocan a este género de flujo, considerando el agua subterránea con movimiento lento en los taludes naturales. La hidrodinámica del agua subterránea, combinada con la variación de niveles del espejo de agua, puede observarse en diversos eventos: lluvias, alteración en el nivel de los vasos o manantiales.
El modelo determina el campo del flujo subterráneo con exactitud, considerando un número de factores tales como condiciones de frontera del flujo, morfología del talud y heterogeneidades de la permeabilidad. En este modelo no se calculan los factores de seguridad, los que ofrecen un indicador global de la condición de colapso del talud, en cambio se determina el patrón del potencial de falla en los taludes, tomando en cuenta las condiciones de frontera de esfuerzo y deformación, como los factores flexibles de los materiales.