Con la llegada de la temible crisis financiera de hace ya un puñado de años, muchos fueron los ciudadanos que empezaron a ver las orejas al lobo. Los más pesimistas vieron peligrar los ahorros de toda una vida por miedo a una hipotética ruptura del euro o incluso un supuesto corralito. Por otra parte, siempre ha existido un grupo de ahorradores e inversores que buscan una reducción de cargas fiscales con tal de obtener más beneficios. Por esta razón empezó a circular el runrún de las bondades de abrir una cuenta bancaria en Suiza y trasladar ahí el patrimonio económico. Sí, Suiza, el país del chocolate exquisito, donde los relojes son máquinas perfectas… y donde existe el secreto bancario y un régimen fiscal muy suculento.
PROTEGE TUS DOLARES –> Abre una cuenta en Suiza“>desde Latinoamérica, con tu telefono móvil”>”>’”>
Pero, ¿sabes cómo abrir una cuenta bancaria en el país transalpino? ¿Conoces los beneficios que puede aportarte y si realmente merece la pena en tu caso? Quédate aquí porque a continuación vamos explicártelo todo.
Pero, antes de nada, vamos a observar con brevedad los libros de historia. ¿De dónde viene la fama de la salud de hierro -y opacidad- de las cuentas bancarias suizas? Pues desde 1934, poco antes de la Segunda Guerra Mundial, año en que se redactó y aplicó una ley cambiaría para siempre las reglas del tablero de la economía helvética… Y mundial. Dicha ley estableció la imposibilidad de que un banco pudiera revelar la titularidad de las cuentas de un individuo, y mucho menos el contenido y los movimientos de las mismas. Si se quebrantaba ese ‘secreto’, las penas de cárcel o multas podrían llegar a ser estratosféricas. Por consiguiente, esta legislación favorable atrajo toneladas de dinero de todos los rincones del mundo… Hasta nuestro días.
Como principales ventajas de la banca Suiza, exponer que:
Ofrecen un amplio catálogo de servicios orientados exclusivamente a los clientes extranjeros, con tal de atraer su capital.
Si quieres ahorrar, es tu país, dado las grandes oportunidades que otorga. Si tu objetivo es la inversión, Suiza también es tu destino adecuado: los propietarios de acciones o fondos de inversión, por ejemplo, son dueños de sus valores, quedando la entidad suiza como intermediaria y gestora.
Podemos operar nuestra cuenta de forma remota, con atención personalizada.
Como hemos comentado con anterioridad, el secreto bancario suizo hace que nuestros dinero y datos personales estén a salvo. El gobierno de España no podrá saber que tenemos una cuenta en el país helvético, aunque también es cierto que como ciudadanos españoles debemos cumplir nuestra obligaciones con el fisco y declarar nuestro patrimonio extranjero en la hacienda nacional. Además, si se diera el caso de que un juez español pidiese acceso a nuestros datos a un juez suizo, aportando pruebas de una supuesta ilegalidad en la procedencia de nuestro capital, nuestra información sería filtrada.
La evasión de impuestos no está considerada como un delito suficiente como para revelar nuestra identidad bancaria.
Si el banco se declarase en quiebra, algo que parece una quimera dada la buena salud de la banca suiza en general, hemos de saber que nuestros depósitos quedarían garantizados de forma automática hasta el tope de 100.000 francos suizos. Si tuviéramos acciones, todos los valores seguirían siendo nuestros.
En cambio, si nos fijamos en los inconvenientes, los principales serían:
La cantidad inicial de capital que se debe aportar para abrir una cuenta es elevada. Los bancos suizos quieren garantizar que el dinero fluirá. Por tanto, miran con lupa nuestro poder adquisitivo.
Por ello, se reservan el derecho de cerrar nuestra cuenta si estiman que carece de rentabilidad.
Los bancos más conocidos y poderosos, tales como Crédit Suisse o UBS, suelen cobrar grandes sumas de impuestos a no residentes por operaciones asociadas a sus cuentas. Pese a todo, los bancos de los cantones suelen imponer menos carga en los costes de gestión.